Con el arribo escalonado de los francocaribeños al suroriente de Cuba, se inició la articulación de un reacomodo estructural de economías, mentalidades y vida cotidiana. Desde Saint-Domingue, el éxodo resultó una conjunción de factores, más allá de lo político, económico y racial, no sólo como fenómeno vinculado a la expulsión, el destierro o la huida. En las páginas de este pequeño pero conceptual libro, su autor, Carlos Padrón Montoya, reflexiona en precisiones sociohistóricas acerca de aquel conjunto de emigrantes, el cual trasciende en la historia cubana, más que por los elementos homogéneos de clase, profesión o color de la piel, en la significación que tuvo como movimiento migratorio por “la complejidad de la explosión revolucionaria que lo originó”.